En su encuentro con un grupo de representantes del Congreso judío mundial, el Papa Francisco reiteró que toda guerra «es siempre, en cualquier caso y en todas partes, una derrota para toda la humanidad». «Pienso en la de Ucrania – dijo – una guerra sacrílega que amenaza a judíos y cristianos por igual, privándolos de sus afectos, de sus casas, de sus bienes, de sus mismas vidas»
Los judíos y los católicos tienen «en común tesoros espirituales inestimables», profesan «la fe en el Creador del cielo y de la tierra» y creen que «el Omnipotente no ha permanecido alejado de su creación, sino que se ha revelado». Así lo destacó el Santo Padre al reunirse esta mañana en el Vaticano con unos doscientos delegados del Congreso judío mundial, que representa a las comunidades judías de más de cien países.
Preparar el terreno para la paz
Poniendo su mirada en las heridas de nuestra casa común, el Pontífice recordó que «las iniciativas comunes y concretas para promover la justicia requieren valor, colaboración y creatividad». «Nuestras iniciativas políticas, culturales y sociales para mejorar el mundo – añadió – no tendrán éxito sin la oración y la apertura fraterna a las demás criaturas en nombre del único Creador, que ama la vida y bendice a los pacificadores».
“Hoy, hermanos y hermanas, en tantas regiones del mundo, la paz está amenazada. Reconozcamos juntos que la guerra, toda guerra, es siempre, en todas partes, una derrota para toda la humanidad. Pienso en la de Ucrania, una grande, una guerra sacrílega que amenaza a judíos y cristianos por igual, privándolos de sus afectos, de sus hogares, de sus posesiones, ¡de sus propias vidas! Sólo con la seria voluntad de acercarse unos a otros y en el diálogo fraterno es posible preparar el terreno para la paz. Como judíos y cristianos, hagamos todo lo humanamente posible para detener la guerra y abrir caminos hacia la paz”
Fuente: www.vaticannews.va