Las ideas de Blas Infante de islamizar, no sólo Andalucía sino toda España por su preferencia del Islam frente al cristianismo, tuvieron muy poco seguimiento tanto en ciudadanos como en políticos contemporáneos. De hecho, el propio Blas Infante se queja de cómo se reían de él los políticos de su época por sus ideas islámicas en su último libro «La verdad sobre el complot de tablada y el Estado Libre de Andalucía», página 143 en la que dice Infante » solamente se levantó y esto fue para atacarnos, uno de Málaga a quien, por lo visto, inquietaba el que quisiésemos repartir entre los hombres las mujeres«.
La mejor prueba de los pocos seguidores que tenía Blas Infante en su época fueron los malos resultados de la candidatura de su colaborador Ramón Franco Bahamonte, hermano del conocido Francisco Franco Bahamonte. Concretamente el Partido «Candidatura Republicana Revolucionaria Federal Andaluza», encabezada por Ramón Franco, obtuvo un 13,06% en las elecciones legislativas de 28 de junio de 1931 durante la Segunda República.
Blas Infante cuando tuvo éxito fue precisamente tras la Constitución de 1978 y especialmente tras el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1981, dado que sus ideas islámicas sirvieron para justificar una supuesta identidad e historia de Andalucía distinta a la del resto de España, así como para justificar las instituciones y autonomía de Andalucía.
Hay que recordar que las tradiciones como la Semana Santa, las comuniones, las bodas católicas, la Romería del Rocío y tantas otras, son eminentemente andaluzas y católicas, que nada tienen que ver con las tradiciones islámicas. También hay que recordar que la salida de las naves de Colón para el descubrimiento de América, uno de los momentos más importantes de la historia de España, fue desde Huelva e iniciaron una época de expansión de la cultura cristitiana, española y europea por todo el continente americano.